El viacrucis de la adopción

Un drama es lo que viven las parejas que aspiran adoptar un niño en el país. Los matrimonios interesados en tener un niño en la casa se enfrentan a una carrera de obstáculos, dónde quienes tienen suerte terminarán con el decreto de adopción en mano y los que no –como la gran mayoría- con las esperanza reprimidas de terminar el trámite.

"El principal problema es que no hay familias, ni las hemos buscado, ni la están propiciando para que estén en capacidad de recibir a estos niños. Quienes están esperando ser familia sustituta lo que quieren es adoptar". Dijo José Gregorio Fernández, director de ProAdopción, institución que desarrolla en conjunto con entidades públicas y privadas el programa Familia Para Todos.

En el levantamiento de la información abarcaron unas 40 casas hogares, una población de 1000 niños, niñas y adolescentes institucionalizados. En el análisis de 300 casos, encontraron que la mayoría tenía perfil para una colocación familiar. Dentro del estudio, se estima que una población del 10% pudieran ser propuesto para adopción y, mejor identificados los casos serán unos 57. "Las unidades de atención están trabajando bajo supuestos contradictorios, porque las instituciones están definidas para que sean provisionales, Pero cuando hay un caso que se estaciona, ya no tienen mecanismos para garantizarle la atención adecuada".

Por otra parte, tradicionalmente Fundana entregaba alrededor de 50 a 70 niños y niñas en adopción al año y eso ha ido mermando hasta llegar a uno por año, perdiendo así la oportunidad de entrar a un hogar. La adopción es del Estado, y funciona a la velocidad del Estado, dijo la presidentea de esta organización , Elsa Levy

(Quinto Día, pp. 24, 04/09 – Mary Kelzi Azrak)