martes, 26 de agosto de 2008

La violencia es difícil de superar

Lainekis Martínez cambió las armas por el reciclaje. Sacarle provecho a los desechos sólidos y ayudar a su comunidad, se convirtieron en la razón por la cual el joven de 17 años abandonó hace un año el grupo Tupamaro del 23 de Enero. Ahora, Martínez forma parte del equipo ecológico Ecos 23, en donde más de 80 adolescentes aprenden de recolección de desechos de basura y se les inculca valores de respeto por la comunidad.

Pero, la realidad de Lainekis Martínez es sólo la excepción a la regla. Mery Vielma, quien tiene gran experiencia en el trabajo social y que colaboró con la misión Negra Hipólita, afirma que es casi imposible sacar a los adolescentes que están involucrados con la violencia del ambiente hostil en el cual se desenvuelven. "La estadística mundial señala que de cada 100 jóvenes que están involucrados con la violencia, sólo pueden ser recuperados 10%. Si no hay programas que sean permanentes y preventivos, y si no se trabaja también con la familia, no se puede lograr nada", afirma Vielma.

Según fuentes policiales, en lo que va de año han muerto 151 adolescentes en Caracas. Todos tenían entre 12 y 19 años. Funcionarios de la policía explican que ahora las bandas están formadas por jóvenes que empiezan a delinquir después de los diez años. Además, sus muertes suelen ocurrir a manos de otros jóvenes, y en los ataques reciben al menos tres disparos. Las armas de fuego fueron utilizadas en 77% de los delitos reportados. Perafán explica que a veces la única salida es sacar al adolescente del entorno violento. "Hay que hacer el vínculo con los niños y su familia.

La Fundación José Félix Ribas, encargada de trabajar con jóvenes que caen en las drogas, explica que, "las razones más comunes de la violencia son el abuso en el consumo de drogas y la excesiva tolerancia frente a la posesión de armas. Es necesario hacer la prevención en el ámbito familiar, buscar ayuda profesional para el niño y evitar hacerse cómplice del problema".

(El Universal, pp. 3-1, 26/08 – Paulimar Rodríguez)

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